jueves, 10 de junio de 2010

Una vida consagrada a la defensa de la libertad



Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay otros que luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay quienes luchan toda la vida, esos son imprescindibles
.

El célebre dramaturgo alemán Bertolt Brecht supo ilustrar con una hermosa frase la importancia de los hombres que luchan incansablemente por un ideal.

El pasado martes aproximadamente a las 21 horas un hombre imprescindible como el Monseñor Ismael Rolón partió hacia la eternidad, fruto de las complicaciones propias del paso del tiempo que apagó su existencia física, sin embargo el legado que nos deja este ilustre hombre prevalecerá en la memoria de los ciudadanos, como un símbolo de resistencia pacífica ante las injusticias.

Ismael Rolón dedicó su vida al servicio de la Iglesia Católica, sin embargo sus obligaciones con dicha institución no lo apartaron del pueblo, que por ese entonces sufría los embates del periodo mas oscuro de nuestra historia, siendo la voz visible de aquellos que no podían expresar su repudio, ante los abusos propios de un gobierno represor de la libertad y la dignidad del ser humano.

Ese espíritu comprometido con los paraguayos siguió inalterable en tiempos democráticos, manteniendo hasta el final de sus días una conducta intachable y una fortaleza moral que doblegó a una de las tiranías mas crueles de Latinoamérica. Que el paso por este mundo del Monseñor Ismael Rolón nos inspire a la recuperación de los valores morales de nuestra sociedad, y no decaer en el anhelo de construir un país mejor para todos por igual

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